El flagelo que esta produciendo desde hace mas de un año en todo el mundo el Covid-19, no solo hace mella en las economías de todas las sociedades, sino que comienza a afectar a la vida misma de cada uno de los individuos que habitan en ellas.
El estudio de las Artes de Okinawa no ha sido ajeno a estas perdidas significativas a lo largo del mundo. Continuamente nos llegan registros de cierres definitivos y temporales de Dojos, de Maestros y Estudiantes que no se adaptan a las opciones "Virtuales" para sostener la practica, que las escuelas y organizaciones de cada País han suspendido hasta nuevo aviso las actividades que realizaban, etc, lo que hace que esta actividad se encuentre en peligro de continuidad.
El Taishinkan Chikara Dojo Argentina ante esta tremenda vicisitud que se prorroga a través de los meses, tomo la firme decisión de adaptarse a los tiempos que corren y echar mano a todos los elementos disponibles para seguir practicando y estudiando nuestras Artes de la mejor manera posible. Y descubrimos que uno de los elementos claves con los que contamos en esta época, es la conectividad virtual a la que todos los seres humanos en mayor o menor medida estamos insertos en nuestra vida diaria.
De esta manera un grupo de alumnos de nuestra escuela proveyó rápidamente los elementos necesarios para poder desarrollar este novedoso sistema de virtualidad, lo que nos permitió no solo seguir con nuestras practicas habituales sino poder desarrollar este sistema, al punto que si bien no es lo ideal practicar comunicándose por la TV, sabiendo adaptarnos mutuamente (Maestro y alumnos) pudimos seguir adelante sin detener la practica y por sobre todo, manteniendo la posibilidad de que nuestro Dojo pueda seguir funcionando.
Es así que pudimos no solo mantener los horarios de practica habituales (pre-pandemia) sino que agregamos una serie de horarios virtuales individuales y colectivos que nos permitieron abrir bien las burbujas técnicas que les permiten a los estudiantes encontrarse unidos con compañeros de similar nivel técnico, lo que propicio de manera muy interesante un desarrollo técnico similar al que se desarrollaba en forma presencial. Una vez mas, Okinawa Karatedo y Kobudo se debe practicar y estudiar en un Dojo y bajo la atenta mirada de un Sensei, sobre eso no hay discucion posible, pero ante la alternativa de no practicar o tener que cerrar el Dojo por falta de generación de activos, esta alternativa fue el bálsamo que atenuó esta situación de ultima instancia.
Queremos agradecer especialmente a todos los estudiantes que se encontraban ya inscritos en nuestra escuela con anterioridad a la pandemia, a los nuevos estudiantes que comenzaron su practica a pesar de las imposibilidades ciertas que les ofrece este tiempo, a los Sempai de los diferentes turnos que con su presencia extra acompañan y apuntalan a cada estudiante nuevo en este importante inicio del camino y a nuestro Sensei por poner al servicio del Dojo todo su conocimiento para desarrollar un sistema de comunicación que nos permite a todos seguir con nuestro estudio de las Artes de Ryukyu.
Taishinkan Chikara Dojo, difundiendo las Artes de Okinawa desde 1989 hasta nuestros días!