Siguiendo con nuestro estudio sobre la cultura del Japon antiguo, y en oportunidad de visitar nuevamente el legendario barrio de Minato (antigua villa adyacente y periférica al castillo Shogunal de Edo) con sus vestigios aun palpables del estilo de vida Aristocrático de la clase Noble Japonesa en el medioevo, decidí llevar a Matías en esta su primera experiencia histórica en este lugar, a recorrer y experimentar una construcción de lo que hoy se mantiene como un templo, pero que antaño se desempeñaba como una de las mansiones de un propietario muy particular, poderoso y relevante dentro de los Señores influyentes del Clan Tokugawa.
Se trata del Templo de extracción budista llamado templo Kakurin-ji.
Esta exquisita y bella mansión antigua
se encuentra ubicada sobre un lateral de la moderna carretera Nacional de
Japon, donde se unen las amplias avenidas de Meguro y Gotanda. Para poder
llegar con facilidad desde el centro de Tokio, se puede venir con la línea Namboku
del Metro de Tokio y bajarse en la estación Shirokane-Takanawa y caminar solo 5
minutos desde allí. También puede utilizarse la línea Mita del Metro Toei, según
su punto de partida y comodidad. Ambos medios de transporte los dejaran muy
cerca del Templo y el periodo de viaje será muy corto y para nada tedioso.
Ahora ustedes se preguntarán el porqué
de la elección de este lugar para que Matías conozca e investigue sobre la
particularidad del mismo, y la respuesta será evidente cuando vean la
importancia histórica de este emplazamiento, que conocí inicialmente en mi
viaje del año 1989 y del cual decidí aprender brevemente.
Kakurin-ji, o Templo Kakurin, es también conocido como Seishōkō. Es un templo muy conocido hoy en día, donde se consagra a la figura del Señor Kiyomasa Kato (1562-1611), uno de los guerreros samuráis más famosos del período Sengoku. Pero, tal vez, la popularidad del mismo se vea beneficiada por la celebración anual del “Gran Festival de Kiyomasa” los días 4 y 5 de mayo de cada año. Este festival cuenta con puestos que se alinean hasta la cima de Tenjinzaka y ofrecen amuletos únicos como el "Okatsumori con hojas e iris". Los visitantes pueden disfrutar de un ambiente de feria sin multitudes abrumadoras y recorrer todas las áreas del Templo, sus santuarios perimetrales y disfrutar de su arquitectura manual única. Y de la mano de esta Arquitectura tradicional única, este lugar posee una relevancia histórica de fuste, ya que no fue construido por mano de obra japonesa, sino que fue levantado por verdaderos artesanos liderados por uno de los Príncipes Coreanos, que trajo al Japon el Señor Kiyomasa, demostrando las profundas conexiones políticas que existían entre ellos en ese momento.
Sin intención de extenderme mucho al respecto, solo diré que en la antigüedad estas tierras eran dominios del Clan Kumamoto, y en ellas (donde hoy se encuentra entablado el Templo), se encontraba la residencia principal de la Familia Hosokawa. Mas adelante en el tiempo, fue establecido como templo de retiro del 18°Abad del Templo Tanjo-ji Kakan ‘in Nichien allá por el año 1631. Es aquí donde el Señor Kiyomasa trae al Japon al hijo del Príncipe Imhae llamado Ise. Este Príncipe era el hijo mayor del Rey Seonjo, decimocuarto Rey de la dinastía Joseon de Corea, y lo transporta al continente en señal de protección y como salvoconducto durante el desarrollo de la guerra Bunroku-Keicho.
El sequito que acompañaba a esta
figura de la Nobleza Coreana, estaba constituido por varios artesanos de
renombre quienes fueron los responsables de ornamentar la residencia para que
fuera habitada por su Señor, y es exactamente ese el motivo por el cual (al día
de hoy) quedamos maravillados al contemplar las esculturas y tallados en
madera, tanto del interior como de las distintas áreas exteriores de la nave principal
del Templo.
Pero la rememoración histórica no
refiere a esta figura coreana, sino a la gran figura del Señor Kiyomasa, puesto
que allí se encuentran consagradas varias placas conmemorativas y su estatua,
al punto que la población común de la zona, llama a este lugar coloquialmente
como “Señor Kiyomasa” o “Kiyomasa-Ko” y se utiliza para venir a rezar pidiendo
por el éxito en las batallas personales que a cada uno le toca vivir. Y esto es
básicamente por el gran reconocimiento histórico que se le tiene hasta hoy en día
a este magnífico guerrero Samurai, quien fuera una de las “Siete lanzas de
Shizugatake” durante la invasión japonesa a Corea. Cabe recordar que Shizugatake no shichi-hon-yari, se refiere a
los siete más altos generales de la guardia de elite del Señor Toyotomi
Hideyoshi, que cargaron contra el ejército de Shibata Katsuie de manera
valerosa y heroica, tras la cual, y como recompensa, todos fueron ascendidos a
Daimyo.
Kiyomasa Kato era devoto seguidor del Budismo Nichiren, en
una época muy radical en cuanto a la rigurosidad de las elecciones religiosas,
puesto que no solo promociono la apertura de muchos templos Budistas dentro de
sus dominios y aumento sus adeptos, sino que entablo una particular guerra santa
en contra del incipiente cristianismo que se estaba difundiendo por la región lindera
a sus dominios, al punto de desatar verdaderas matanzas a hombres, mujeres y
niños civiles que profesaban esa idea llegada de occidente. Al concluir su
tarea de guerrero, se consagro al budismo Nichiren y así culmino su vida dentro
del Templo.
Como comentario final, solo decirles que si
solo se retiran unos metros del templo Kakurin-ji, podrán disfrutar de
un antiguo monumento de piedra tallada, que lleva su hige-daimoku (título
supermonastico), pero la dificultad de encontrar este lugar es que quedo en
medio de la construcción de un local comercial y un poste de cables de alta tensión
que pasan por el lugar.
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