AJI GOSAMARU Y AJI AMAWARI - LA HISTORIA DEL CASTILLO DE KATSUREN Y DEL CASTILLO DE NAKAGUSUKU EN EL ANTIGUO REINO DE RYUKYU

 

Sin intencion de abrumarlos con datos historicos en demasia, en este breve relato tratare de contarles una historia muy antigua del Reino de Ryukyu (hoy Okinawa) que no hace mas que demostrar lo que explico desde hace muchos años: la historia de este mitico Reino no escapa a las historias de tramas politicas, traiciones humanas y enfrentamientos belicos muy comunes en cualquier historia antigua entre "vecinos" que aspiran contar con las bondades propias. La instalacion publica occidental de que "en los Reinos de Ryukyu no se utilizaba la violencia como sistema de dirimir conflictos economicos y politicos", ya casi no se repite, debido a la masificacion global de la informacion historica actual.

Y esta historia nos remite a un tiempo antiguo durante el periodo "Sanzan" dentro de Ryūkyū ōkoku o Reino de Ryūkyū. En el siglo XIV, varios pequeños dominios en la isla de Okinawa fueron unificados en tres regiones: HOKUSAN (Montaña Septentrional), CHUZAN (Montaña Central) y NANZAN (Montaña Meridional). a estos tres dominios se los conocia como "los Tres Reinos" por eso el nombre de "SANZAN" (Tres Montañas).

Estos dominios era independientes entre si y cuidaban sigilosamente sus poseciones a travez de sus ejercitos de Peichin (similar al samurai japones). Los controles entre si, por medio de conseguir informacion del otro bando, era indispensable para que ningun Reino sobresaliera sobre el otro a travez de su riqueza, comercio, etc. Y es asi como comenzaron las trenzas politicas entre ellos para salvaguardar la preponderancia local y el intercambio comercial ya iniciado con toda la region de influencia.

Pero adentremonos ya al comienzo de esta historia, y para ello nos dirigiremos a la actual Ciudad de Uruma, en la peninsula de Katsuren, y al llegar alli nuestra vista no podra hacer otra cosa que contemplar una majestuosa montaña frente nuestro. 

En lo alto de una colina de coral blanco, con el océano extendiéndose como un manto infinito a sus pies, se levantan las ruinas del Castillo de Katsuren (勝連城, Katsuren-jō), una joya del antiguo archipiélago Ryukyuense. Desde lo más alto de sus murallas, uno podría imaginar el eco de los tambores, las banderas ondeando al viento y las voces de mercaderes chinos, coreanos y del sudeste asiático que llegaban hasta allí con sus velas infladas por los monzones.

La historia documentada del Castillo comienza en el siglo XIV, aunque sus cimientos podrían remontarse incluso al siglo XII. Fue construido como parte de una red de fortalezas conocidas como "gusuku", estructuras de piedra que no solo servían fines defensivos, sino que también simbolizaban el poder de los "Aji", los señores locales que gobernaban diferentes regiones de Okinawa.

Katsuren se convirtió en el centro del distrito de Katsuren, con su señor como figura clave en la política y economía de la isla. Pero fue recien a mediados del siglo XV cuando el castillo vivió su época de mayor esplendor, bajo el mando de un hombre cuyo nombre todavía resuena en las leyendas: Amawari 

(1450–1458): El ascenso y caída del Aji Amawari

Amawari se cree que no nació noble. Según la tradición oral, era hijo de pescadores o campesinos humildes de la zona. Un joven astuto que supo ganar poder mediante alianzas y comercio. Con ambición desbordante, se convirtió en Aji de Katsuren y transformó el castillo en una fortaleza próspera y temida.

Gracias a su posición geográfica (entre los puertos de Nakagusuku y la bahía de Kin) Katsuren floreció como punto de contacto con las rutas comerciales de Asia. El castillo albergaba almacenes repletos de porcelanas chinas, tejidos tailandeses y especias raras, un lujo que muy pocos podían costear. Su creciente poder alarmó al Rey del Reino central de Chūzan, Shō-Taikyū, quien gobernaba desde el castillo de Shuri. En un intento de neutralizar a Amawari, el Rey le ofreció en matrimonio a su hija, la princesa Momoto-fumiagari. Pero la unión no trajo paz como se esperaba.

En 1458, Amawari fue acusado de conspirar para derrocar al Rey. Algunas versiones aseguran que fue un movimiento premeditado por el propio Shō- Taikyū, deseoso de eliminar a un rival incómodo. Lo cierto es que el Rey envió tropas lideradas por otro poderoso señor, Gosamaru, Aji del castillo de Nakagusuku (muy cercano a Katsuren, a 13 kilometros).

Y alli la historia dio un giro trágico: Amawari fue derrotado y ejecutado, y Gosamaru murió poco después en circunstancias también sospechosas, dando origen a uno de los dramas más recordados del Ryukyu feudal. Esta historia sería narrada durante siglos en obras de teatro tradicional kumi odori y canciones folklóricas propias de la region.

Tras la muerte de Amawari, el Castillo perdió protagonismo y fue paulatinamente abandonado, especialmente después de la unificación total del Reino de Ryukyu en el año 1429, que centralizó el poder en la aldea Real de Shuri. A lo largo de los siglos, los vientos del Pacífico y las lluvias tropicales desgastaron las murallas de coral, hasta que solo quedaron en ellas, piedras y cienos de leyendas. Pero el silencio no fue eterno. En el siglo XX, arqueólogos locales comenzaron a redescubrir la importancia del sitio. En el año 2000, la UNESCO reconoció a Katsuren como Patrimonio de la Humanidad, como parte del conjunto "Gusuku y sitios relacionados del Reino de Ryukyu".

Tumba de Amawari hoy en la actualidad, muy cerca del Castillo de Katsuren

Caminar hoy por las ruinas de Katsuren es una experiencia casi mística. El mar aún se ve desde sus alturas, y los muros de piedra blanca parecen brillar al atardecer. No quedan tejados, ni puertas, ni estandartes... pero sí perdura algo más fuerte: la memoria.

Es el eco de Amawari, el campesino convertido en señor feudal; de la princesa que caminó esos mismos senderos; de los mercaderes que llevaban jade, sándalo y secretos. Katsuren no es solo una ruina: es un testimonio de la compleja y rica historia de Okinawa, una tierra donde Asia se encuentra con el mar.

Si trepamos sus muros hasta la cuspide de su altura, aun hoy podemos observar a la distancia, los muros del Castillo de Nakagusuku, desde donde Gosamaru controlaba las actividades de Amawari antes de desencadenar todo en el final relatado.

Esto nos da la oportunidad de reencontrarnos nuevamente para contar la historia desde el otro lado, desde las ruinas del Castillo de Nakagusuku. 

また近いうちにお会いしましょう